DIA MUNDUAL DE LA EPILEPSIA

10 Feb 2025

DÍA INTERNACIONAL DE LA EPILEPSIA

10 de febrero de 2025

 

Celebramos el Día Internacional de la Epilepsia, con el que se pretende educar y concienciar a toda la población ante esta enfermedad neurológica que sufren alrededor de cincuenta millones de personas en el mundo.

Aún en la actualidad existe un gran desconocimiento respecto a la epilepsia. Debido a esto, es muy importante informarse para conocer como poder abordar esta patología o reaccionar ante una crisis epiléptica.

Desde el año 2015, cada segundo lunes de febrero se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), diez de cada mil personas en el mundo sufren epilepsia. Esta patología cerebral crónica se debe a una descarga excesiva de las neuronas cerebrales. Existen muchos tipos de epilepsia y cada uno va acompañado de un conjunto diferente de síntomas.

Se estima que en España la padecen 450.000 personas. La prevalencia es igual tanto en hombres como en mujeres.

El tratamiento con medicamentos, o en ocasiones la cirugía, puede controlar las convulsiones en la mayoría de las personas que tienen epilepsia.

Las causas probables pueden ser genéticas, problemas en el parto, cualquier tipo de lesión o daño de la corteza cerebral como traumatismos, accidentes cerebrovasculares, consumo de drogas, tumores, etc.

Algunos de los síntomas que presenta un paciente con epilepsia son:

  • Confusión temporal.
  • Episodios de ausencias.
  • Rigidez muscular.
  • Movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas.
  • Pérdida del conocimiento.
  • Síntomas psicológicos, como miedo, ansiedad o déjà vu.

La mayoría de las personas con epilepsia normalmente tienen el mismo tipo de convulsión en cada episodio. Los síntomas suelen ser similares en todos los episodios.

De aquí la importancia de conocer esta enfermedad, para poder ofrecer la atención oportuna.

Cómo debemos actuar:

Debemos saber cómo actuar frente a una crisis epiléptica, para no causar daño al que lo padece. Jamás debemos meter ningún utensilio, ni la mano, en la boca del paciente. Esperaremos a que termine de convulsionar y en ese momento ponerlo de lado. Vigilar y cerciorarse de que respira correctamente para posteriormente comprobar que la persona se puede expresar con normalidad.

La mayor parte de las crisis finalizan en pocos minutos, tras lo que el paciente se repone, por lo que debemos mantener la calma en todo momento examinando la duración, no separándonos hasta que la crisis haya finalizado para asegurarnos de que todo vuelve a la normalidad. 

Es muy importante no abandonar el tratamiento, para poder llevar una vida lo más normalizada posible, y seguir las indicaciones de tu profesional de referencia.