Patología Mental Grave
Las personas con patología mental grave requieren de una atención que dé respuesta a sus necesidades sanitarias y sociales.
El tipo de dificultades generadas a consecuencia de este problema de salud, es múltiple, incidiendo en el área clínica, las habilidades personales y sociales, la reducción de la autonomía, y la participación e integración comunitaria, y repercutiendo también en el medio familiar de convivencia.
Las personas con una patología mental y sus familiares afrontan la discriminación y el estigma asociados a los problemas de salud mental. Por ello, su proceso de recuperación reconoce a la persona con enfermedad mental como verdadera protagonista de su proceso terapéutico y de crecimiento personal.
A la necesidad de tratamientos farmacológicos se hace necesaria una intervención psicosocial que gira en torno a elementos internos y valores como la resiliencia y la esperanza de cambio lo que supone un incremento en la sensación de control de su propia vida, su participación social y responsabilidad y el deseo de normalizar la vida plenamente, tanto de las personas con patología mental como de sus familiares.