Presentación

La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por el aumento del azúcar (glucosa) en sangre (glucemia).
 
La glucosa es la energía que nuestro cuerpo necesita para funcionar. La obtenemos de los alimentos a través de la digestión, un proceso por el que la glucosa pasa a la sangre y se almacena en el hígado para ser utilizada cuando la necesitemos. Para que las células de nuestro cuerpo puedan utilizar la glucosa es imprescindible la insulina, una hormona que fabrica el páncreas.
 
La insulina es como la llave que abre la puerta de las células.
Algunas personas tienen dificultad para producir o utilizar correctamente la insulina y por lo tanto se produce una acumulación de la glucosa en la sangre dando lugar a la diabetes.
 
La diabetes puede dar lugar a complicaciones crónicas por el daño que produce en los vasos sanguíneos y nervios y complicaciones agudas derivadas de la enfermedad y del tratamiento (hipoglucemias, cetosis…).
La diabetes tipo 1 se desarrolla como consecuencia de un fallo en la producción de la insulina a partir de las células beta del páncreas y su máxima incidencia se da entre los 10-15 años, a diferencia de la diabetes tipo 2 que suele diagnosticarse en edades avanzadas (a partir de los 40 años) y es debido a una resistencia a la insulina y no a la falta de ella.
 
El tratamiento de la diabetes se basa en tres pilares fundamentales:

  • Una dieta saludable y equilibrada
  • Práctica de ejercicio físico regular
  • Tratamiento farmacológico personalizado