Presentación

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo. Son la causa más frecuente de morbilidad hospitalaria y también constituyen la primera causa de fallecimiento en la población de Castilla-La Mancha .

El Riesgo Cardiovascular (RCV) se define como la probabilidad de sufrir un daño o enfermedad cardiovascular en un periodo de tiempo determinado. El daño puede ser cardiológico o cerebral, pero siempre de tipo vascular.

Sea por influencia genética (hipercolesterolemia familiar o hipertensión, por ejemplo), por factores relacionados con el estilo de vida,  o por ambas razones, lo cierto es que la cara interna de la pared de las arterias se va preparando para formar la placa de ateroma desde la juventud, si se dan las condiciones idóneas para ello.

Esa placa irá creciendo a una velocidad variable según los casos y, en un momento dado, se inflamará, se ulcerará y formará un pequeño coágulo que obstruirá totalmente la arteria en ese punto o que se acabará desprendiendo, para viajar con la sangre y obstruir el flujo arterial otro punto del sistema vascular.

Ese será el momento grave de la enfermedad cardiovascular (ya sea infarto de miocardio o ictus) que supondrá una seria amenaza para la vida de la persona afectada.

A pesar de que algunas variables como la edad y las características hereditarias son inevitables, podemos incidir en los hábitos de vida saludables relacionados con la dieta, la actividad física, el mantenimiento del peso adecuado, el abandono del tabaco y la reducción del estrés, como hábitos fundamentales para la prevención y control de los factores de riesgo cardiovascular.

Gran parte de las muertes con base cardiovascular pueden evitarse siguiendo una alimentación saludable, reduciendo el consumo de sal, evitando el consumo de tabaco, alcohol y drogas, y con ejercicio físico.