Presentación
Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son un conjunto de patologías que comprende, entre otros, el Autismo y el Síndrome de Asperger. Se caracterizan por tener una disfunción neurológica crónica y base genética. Sus síntomas se manifiestan desde la primera infancia y afectan principalmente a la interacción social, la comunicación y la falta de flexibilidad en razonamiento y comportamiento.
Afectan alrededor del 1% de la población y con más frecuencia a hombres que a mujeres, en una proporción de 4 a 1.
Los déficits más habituales son:
- Dificultades en relacionarse social y emocionalmente: problema en la conversación, disminución de intereses, emociones o afectos compartidos, incluido juegos imaginativos o hacer amistades.
- Déficits en comunicación no verbal, que incluye falta de contacto visual o lenguaje corporal, como es el uso y comprensión de gestos y caras.
- Formas repetitivas de conducta como: movimientos, utilización de objetos o frases al hablar; fijación por rutinas o comportamientos rituales y resistencia excesiva a los cambios.
Estos síntomas limitan y alteran el funcionamiento diario de quien lo padece y de las personas del entorno.
Las alteraciones no se producen por alguna discapacidad intelectual o retraso del desarrollo. Incluso algunos casos pueden mostrar habilidades especiales o destacar en áreas concretas como memoria, música, arte o matemáticas.