Informe Mundial sobre la Salud Mental 2022
A medida que el mundo sigue enfrentando los efectos de largo alcance de la pandemia de COVID-19 y aprende de ellos, todas las personas debemos reflexionar sobre uno de sus aspectos más patentes: el enorme costo que ha supuesto para la salud mental de las personas. Las tasas de algunos problemas de salud mental que ya eran comunes, como la depresión y la ansiedad, aumentaron en un 25% durante el primer año de la pandemia, lo que se suma a los casi mil millones de personas que ya tenían algún trastorno mental. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de la fragilidad de los sistemas de salud que intentan atender las necesidades de las personas con problemas de salud mental, ya sean de reciente aparición o preexistentes.
La salud mental es mucho más que la ausencia de enfermedad: es una parte intrínseca de nuestra salud y bienestar individual y colectivo. Como se muestra en el presente Informe mundial sobre la salud mental, para alcanzar los objetivos mundiales establecidos en el Plan de acción integral sobre salud mental 2013-2030 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, debemos transformar nuestras actitudes, acciones y enfoques para promover y proteger la salud mental, así como para proporcionar cuidados y atención a quienes lo necesitan. Podemos y debemos hacerlo transformando los entornos que influyen en nuestra salud mental y desarrollando servicios de salud mental comunitarios capaces de lograr la cobertura universal de salud para la salud mental. Como parte de estos esfuerzos, debemos intensificar nuestra colaboración para integrar la salud mental en la atención primaria de salud. Al hacerlo, reduciremos el sufrimiento, preservaremos la dignidad de las personas e impulsaremos el desarrollo de nuestras comunidades y sociedades.
Nuestra visión es la de un mundo en el que se valora, promueve y protege la salud mental; en el que se previenen los problemas de salud mental; en el que toda persona puede ejercer sus derechos humanos y acceder a una atención de salud mental asequible y de calidad, y en el que todas las personas pueden participar plenamente en la sociedad sin estigmatización ni discriminación. Para lograr esta ambiciosa transformación es necesario realizar un esfuerzo concertado y renovado en todos los países, ya sean ricos o pobres, estables o frágiles, afectados por emergencias o no. La OMS desempeñará su función como principal organismo de salud mundial y seguirá trabajando a nivel nacional e internacional para proporcionar liderazgo estratégico, pruebas científicas, instrumentos y apoyo técnico.
En definitiva, no hay salud sin salud mental